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Consumo de agua en el hogar

Participando en Consumóplis.


PIENSA

Solo el 3% del agua que hay en el planeta tierra es agua dulce apta para ser destinada a consumo humano, el 97% restante es agua salada de mares y océanos. De este agua dulce el 79% está en forma de hielo, el 20% en aguas subterráneas y solo el 1% es agua dulce superficial. Como se puede deducir de los datos anteriores el agua potable, apta para el consumo humano, es un bien muy escaso. Cada español utiliza de media, en beber entre 1 y 2 litros al día, entre 35 y 70 litros de agua en poner una lavadora. Entre 8 y 20 litros si limpia los platos con lavavajillas y hasta 100 si lo hace con sus manos. En cocinar, entre 6 y 8 litros cada vez. En ducharte, según el tiempo que tardes, usas entre 35 y 70 litros. Cada baño: 200 litros. Lavarse los dientes sin cerrar el grifo supone de media 30 litros de agua al día. Cerrándolo 1,5 litros. El agua del inodoro supone un gasto de 8 a 10 litros. El consumo medio diario por español según la última Encuesta sobre el Suministro y Saneamiento del Agua del Instituto Nacional de Estadística publicado el pasado mes de octubre en base a datos de 2014, es de 132 litros.La cantidad de agua que gastamos a diario en nuestra casa tiene una doble repercusión: por un lado, el derroche que realizamos sin detenernos a pensar que la lluvia es el único reponedor de agua dulce y, por otro lado, el gasto energético (estación de potabilización de agua (ETAP) y bombeo para el transporte por tuberías) que realizamos para poder consumirla.




SABÍAS QUE...

¿Qué ocurre con el agua que hemos usado, hemos ensuciado y hemos contaminado en nuestros hogares? Las aguas usadas o aguas residuales son evacuadas a través de acometidas o ramales (desagües) que enlazan los puntos en que estas aguas se producen, con el alcantarillado inmediato. La red de alcantarillado concluye, en general, en un colector que entronca con un emisario que conduce a una estación depuradora de aguas residuales (EDAR). Es necesaria la instalación de estaciones depuradoras (EDAR) para limpiar todo lo posible las aguas «sucias» y, así, cuando son devueltas a la naturaleza está se pueda encargar de su regeneración final para un nuevo consumo. Si devolvemos al medioambiente aguas muy sucias o muy contaminadas, en la mayoría de los casos, la naturaleza tardaría mucho en regenerarlas y en algunos casos, podría ser imposible su regeneración pues eliminaríamos, por aniquilación con el agua envenenada que le hemos devuelto, los mecanismos que posee la naturaleza para esta regeneración. Las estaciones depuradoras de aguas residuales tienen como objetivo del tratamiento, reducir la mayor cantidad de contaminantes y obtener un agua lo más inocua posible para el medio ambiente. Para lograr esto se usan distintos tipos de tratamiento dependiendo de los contaminantes que arrastre el agua. Los tratamientos convencionales en una EDAR son:

  • Pretratamiento que mediante procesos físicos (rejas, tamices, etc.) realizan la eliminación de gruesos (desbaste) y el desarenado. También se realiza el desengrasado mediante separación de la grasa aprovechando, con equipos desengrasadores, la diferencia de densidad entre la grasa y el agua.

  • Tratamiento Primario que mediante procesos químicos como la Coagulación-floculación (agregación de pequeñas partículas usando coagulantes y floculante), precipitación (eliminación de metales pesados haciéndolos insolubles), logran la denominada decantación primaria.

  • Tratamiento Secundario que mediante procesos biológicos se encargan de convertir la materia orgánica disuelta en el agua en sus componentes minerales, separándose posteriormente del agua mediante un nuevo proceso de decantación. El proceso de tratamiento biológico recibe el nombre de tratamiento secundario, y la decantación de la mezcla de agua y bacterias se conoce como decantación secundaria. Existen muchos tipos de tratamiento secundarios (fangos activos, aireación prolongada, lechos bacterianos, biodiscos...) pero el principio de funcionamiento es común.

  • Tratamiento terciario que mediante procesos físico-químicos eliminan algunas características del agua tratada (pretratamiento, primario y secundario) de la depuradora con vistas a su empleo para un determinado uso. Así hay diversos tratamientos según el objetivo, pero el más habitual es el de la higienización, destinada a eliminar la presencia de virus , bacterias y otros gérmenes del agua (cloración, ozono, rayos UV...).

La depuración del agua consigue extraer del agua la contaminación y tiene un consumo energético, pero genera residuos, concentrados, de todo lo que el agua llevaba. Estos subproductos y tienen, en su mayor parte, destino en el campo como abono o enmienda orgánica, luego el compostaje. Estos residuos son normalmente asimilables a residuos sólidos urbanos (basuras) y como peores destinos tenemos el depósito en vertedero y la incineración. La desalación del agua marina es un proceso para obtener agua dulce a partir del agua de mar. Es una solución a la falta de agua potable. La mayoría de las plantas desaladoras usan destilación u ósmosis inversa. En el primer caso el agua salada hierve y se evapora, para que el vapor se condense formando agua potable. En el segundo caso, bombas de alta presión obligan al agua salada a pasar por filtros muy finos que atrapan las sales y otros minerales. Las estaciones desaladoras de aguas marinas (EDAM) realizan un enorme gasto energético para obtener agua desalada (ver ficha La energía y sus fuentes). Esta agua necesita posteriormente otros tratamientos terciarios, para que resulte aceptable para consumo humano e implica más gasto energético. De otra parte, las EDAM son altamente contaminantes y producen un residuo, denominado salmuera (sales extraídas concentradas) que contamina el medio marino modificando su hábitat y provocando un fenómeno conocido como eutrofización. Las desaladoras, con su tecnología actual, son un remedio para cuando no existe otra alternativa (por ejemplo: islas con pocos ríos o lagos). ¿QUÉ PUEDO HACER YO…? Un consumo responsable de este bien tan necesario para la supervivencia del hombre, y para su calidad de vida, hace necesario que en nuestra casa, en el colegio, en los parques, en el lugar de vacaciones… apliquemos unas normas de comportamiento sencillas pero eficaces.

  • El mal uso del agua es un problema que afecta a todos. Si ves a tus amigos, familiares o vecinos derrochar agua, puedes comentar con ellos la importancia del ahorro de agua.

  • Cuando te laves los dientes, no dejes el grifo abierto.

  • Llena moderadamente el lavabo para lavarte la cara, las manos o afeitarte. Ahorrarás 12 litros al minuto.

  • No uses el inodoro como cubo de basura: coloca una papelera.

  • También puedes aconsejar a tus padres que consideren la posibilidad de instalar dispositivos ahorradores de agua en el baño y en la cocina.

  • No dejes que los grifos goteen. Ahorrarás una media de 170 litros de agua al mes.

  • Dúchate en vez de bañarte. Ahorrarás una media de 150 litros cada vez.

  • Cierra levemente la llave de paso del agua de la vivienda, no apreciarás la diferencia y ahorrarás diariamente una gran cantidad de agua.

  • Utiliza la lavadora y el lavavajillas con la carga completa y el programa adecuado. Cuando lavas a mano consumes un 40 % más de agua.

  • Riega tus plantas y el jardín al anochecer o al amanecer. Utiliza sistemas de riego automáticos, por goteo o aspersión.

  • “Operación anti mancha” de inmediato: Si limpias enseguida las manchas en las superficies de la encimera y en los muebles, cuando aún estén húmedas salen fácilmente. Si se secan gastaras mucho más agua y esfuerzo.

  • Estate atento en el colegio a los grifos y a las cisternas del aseo que goteen. Comunícaselo a tu profesor para que los reparen lo más pronto posible.

  • En los hoteles, residencias, campings y otros lugares que puedas visitar y disfrutar, haz lo mismo que en tu casa, contribuyes a proteger el medio ambiente ahorrando sus recursos.


PARA SABER MÁS...

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